Capricornio

 

Mientras en Sagitario el viaje era lo importante, ahora en nuestra etapa Capricornio el foco de atención estará puesto en el punto de llegada. La meta, el logro material y social es el fin a alcanzar, porque este punto representa la máxima realización personal. Mientras Sagitario disfruta de escalar la montaña, Capricornio se siente pleno de alcanzar la cima y plantar la bandera de la victoria sobre su conquista, luego de un gran esfuerzo, de mucha perseverancia, de una estricta disciplina y un ineludible compromiso.

Capricornio quitará de su camino todo lo superfluo para llegar a su objetivo. Tiene mucha capacidad de concentración. Cuando tiene que hacer algo, no se queja, sólo lo hace y en el camino va despojándose de todo lo prescindible, para detenerse sólo en lo esencial. Firme, austero y sencillo, da la sensación de ser muy estructurado, muy sobreadaptado, muy racional y muy frío.

Tiene un superyó muy rígido orientado a la búsqueda de prestigio y logros concretos. No hace lo que quiere sino lo que debe hacer. La responsabilidad es la base de toda conducta. Puede ser muy exigente y severo, no sólo consigo mismo sino también con los demás, porque valora la disciplina, la coherencia, el compromiso y espera que los demás respiren el mismo aire que él.

Desde muy joven parece muy maduro, va adquiriendo sabiduría con las experiencias de vida y puede llegar a ser una autoridad en varios temas.

Tiene mucha consciencia del tiempo. Es posible que tienda a planificarlo todo. Cualquier posibilidad de que ocurra un imprevisto debe ser minimizada y controlada. La incertidumbre es algo que a todos nos hace sentir inseguros, pero a Capricornio puede llegar a darle pánico. El placer está en que se su plan se cumpla. Difícilmente comience el día sin una hoja de ruta. Si se va a dormir sin saber que va a hacer al día siguiente posiblemente sufra de insomnio.  Su forma de ser es infalible, sin margen de error. Es muy metódico y paciente, y aunque le lleve la vida entera no dejará de perseguir sus objetivos.

Puede ser muy ambicioso, y sacrificar sus vínculos personales, por alcanzar una posición social destacada. El riesgo mayor es que puede llegar a construir un mundo de apariencias, basado en la falsa idea de definirse por lo que tiene, y como una forma de ocultar su profunda inseguridad y miedo al fracaso. Vive preocupado por no tener suficiente o por perder lo que tiene y sólo cuando abandone esa necesidad de controlar los resultados será capaz de recibir la recompensa.

Es conservador y tradicional, valora la autoridad y en general termina atrapado por modelos sociales que le dicen que es lo correcto. La realidad es ley y el deseo termina siendo devaluado. Sin embargo, Capricornio tiene la cualidad de hacer coincidir el deseo con la realidad y encontrar placer en las obligaciones. Debe aprender a aceptar que la vida transcurre mucho más allá de su apego al mundo físico y material.

Es un ser solitario y autosuficiente. En general no necesita de los demás, pero es capaz de sostener a otros, brindar apoyo y postergar las gratificaciones personales.

El mundo de las emociones parece estar cubierto por un árido desierto, frío e impasible. Pero tiene la capacidad de sostener a otros, hacerse cargo de los demás y asumir responsabilidades. Lo que más le cuesta es abrirse afectivamente y aceptar que también tiene necesidades.

La seriedad domina el discurso capricorniano, que nos invita a mantener cierta distancia formal, ya que nos inspira un fuerte sentido de autoridad. Su mente concentrada en lo esencial no lo hace muy elocuente, además resulta ser muy reservado. Puede ser rígido en su forma de pensar, y tiende a tener una visión un tanto pesimista de la vida, su conciencia de la realidad hace que se concentre más en las limitaciones. No se anima a imaginar algo mejor, y menos aún creerá en lo que no pueda ser comprobado empíricamente. En nombre de la razón, las esperanzas no tienen valor. 

Su estructura conservadora no le permite innovar, siempre dice lo correcto, respetuoso de todas las formalidades y las tradiciones