Si
en Acuario tomamos consciencia de que somos parte del Universo, en Piscis
tendremos la sensación de ser el Universo. Piscis es el último signo del
zodíaco, es una energía de resonancia con lo universal donde todos los límites
que nos separan de la totalidad se disuelven y nos sentimos parte de un inmenso
océano en cual nos preparamos para un nuevo nacimiento en Aries. En Piscis se
termina el ciclo, y en Aries vuelve a comenzar. Piscis nos permite vislumbrar
la totalidad del zodíaco, todo está incluido en Piscis.
Piscis
es energía de amor universal, por lo tanto, esperamos encontrarnos con personas
de una sensibilidad extrema capaz de experimentar empatía con todo lo viviente,
al punto de que puede tener mucha dificultad para trazar un límite entre él y los
demás. Le cuesta mucho diferenciarse, por lo cual el borde de su identidad es
muy permeable y está expuesto a la constante influencia del entorno, incluso llegándose
a sentir abrumado por los sentimientos de los demás. En muchos casos, para
protegerse de su sensibilidad aparenta ser muy duro. No es raro encontrarse con
un Piscis que parece que nada lo toca ni lo conmueve. Si es así, hemos dado
con su muro, apenas nos permita cruzar la rígida coraza, entonces daremos con
un ser compasivo, capaz de una profunda entrega y una bella cualidad sensible,
un ser intuitivo, que expresa cierta sensación mágica, porque vive en un mundo
de fantasía.
Para Piscis no hay fronteras entre lo consciente y lo inconsciente, lo cual
puede generar estados de confusión. La realidad está en un nivel que escapa a
su comprensión. de alguna forma se las arregla para vivir en las nubes, y
cuando ocurre un aterrizaje forzoso suele ser una experiencia muy dura casi
desoladora. La realidad es un lugar condicionante, y evitará la
definición hasta las últimas consecuencias, por eso es evasivo, y no puede
definir si lo que siente es real o se lo está imaginando. Por esta razón
también le cuesta expresarse. Es tanto lo que puede sentir que las palabras
resultan limitantes.
Piscis
es profundamente perceptivo, pero nunca tendrá certezas, porque no sabe si lo
que percibe es verdadero.
Resuena con todo, lo absorbe todo y no puede traducirlo más que en sensaciones
indefinidas.
Esta
capacidad de resonancia tiene absoluta relación con los mundos espirituales. La
percepción transpersonal lo conecta con realidades más sutiles que escapan al
entendimiento racional y lógico. Está en contacto con
lo inconsciente por eso los lenguajes simbólicos, las imágenes y los sueños
tienen mucha fuerza en su vida.
La
solución para Piscis no está en perderse en el vacío sin límites ni en aislarse
manteniendo bajo un candado sus emociones. Su ancla está en lo trascendente, en
las formas artísticas que serán canal de expresión para su más infinita
imaginación y su sensibilidad. Pero también el rumbo puede estar orientado
hacia la ayuda hacia los que sufren, o hacia quienes no pueden valerse por sus
propios medios. Es extremadamente sensible y empático a las necesidades de los
demás. Su capacidad de compasión y entrega es altísima. Donde haya una
carencia, una dificultad allí estará Piscis para cuidar, contener, proteger,
sanar
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